Control de impulsos en Alzheimer

14 de mayo de 2018
14 de mayo de 2018 juancarlos.jcc1@gmail.com

 Perdida de control de impulsos en el Alzheimer y sus consecuencias

En una etapa más avanzada del trastorno del Alzheimer, empiezan a deteriorarse significativamente las funciones ejecutivas, que son todas aquellas habilidades cognitivas y emocionales que posibilitan el cumplimiento de metas y

la  monitorización de las actividades hasta llegar al objetivo propuesto.
Los pacientes ya no tienen la misma habilidad para realizar una tarea del diario vivir, distrayéndose con cualquier estímulo externo o interno y desviándose de la meta a la que pretendían llegar o quizás a la que nunca se plantearon.
Una de las funciones ejecutivas que se ve alterada en este trastorno, es el control de impulsos y con esto se hace referencia a la incapacidad para inhibir estímulos o tener el control sobre el pensamiento, las emociones y los estímulos del medio.
Los diferentes sistemas (cognitivos, emocionales y conductuales) pierden eficacia en la habilidad para frenar impulsos innecesarios y que no tienen ningún sentido.
Empiezan a aparecer conductas estereotipadas, repetitivas y el deambular ansiosamente sin encontrar un sentido real a la acción.
Muchos pacientes con Alzheimer y otros trastornos en donde también es muy notoria la pérdida de esta función, presentan incapacidad para inhibir un ruido, un pensamiento o la perseverancia exagerada de una emoción.
En cuanto al proceso de atención, existe una contaminación, visual, auditiva, táctil. Estos pacientes se sienten sobrestimulados, desorientados, con infinidad de información desorganizada que finalmente no se utiliza para nada. Es entonces cuando aparece la frustración y la ansiedad empeorando este cuadro.
Con referencia a los pensamientos, por lo general, son repetitivos, intrusivos, obsesivos. Si de base existe una personalidad obsesiva-compulsiva muy seguramente este sistema se verá más afectado generando un caos interno que también se manifiesta en ansiedad y en ocasiones en depresión.
Los pensamientos son desorganizados y por lo tanto el habla también.
El desborde de emociones también se hace evidente;  se presenta un llanto descontrolado sin ningún motivo aparente. Las conexiones entre el lóbulo prefontal  y el sistema límbico pierden fuerza, y existe una tendencia a distorsionar la realidad sin lograr reflexionar y procesar adecuadamente las emociones. Este estado continuo de desborde emocional se convierte en un estado repetitivo que toma la fuerza para llamarse ansiedad.
Además del descontrol emocional, la unión de la desorganización en los pensamientos, la alteración del sistema fisiológico y la impulsividad motriz conllevan a un estado de frustración permanente y de inseguridad ante la vida y el mundo.
El Neurofeedback como técnica regulatoria, en la mayoría de los pacientes, inicia a ejercer la fuerza del control inhibitorio en los sistemas cognitivo, emocional y conductual-fisiológico.
Una de las primeras metas del tratamiento, consiste en autoregular el sistema atencional. Por lo general los pacientes se les dificulta centrar su atención en el estímulo visual o auditivo que ofrece el Neurofeedback; están màs pendientes de los estímulos internos, como el dolor, el movimiento de su cuerpo, los ruidos externos, las preocupaciones centradas en sus pensamientos, etc.
Otro factor importante que es necesario reforzar es la conciencia del trastorno que presenta cada paciente. En el caso del Alzheimer en ciertas etapas la falta de conciencia no posibilita la colaboración activa del paciente. Los perìodos de concentración son muy cortos y  se hace necesario iniciar a centrar la atención  y crear la conciencia necesaria para generar el autocontrol.
Se puede observar con la repetición de las terapias, mayor control de cada parte del cuerpo. Por lo general disminuye notoriamente el movimiento descontrolado de manos y pies y el paciente ya no se distrae con su propio cuerpo; empieza a interesarse por la terapia y una vez centrando su atención las demás funciones neuropsicológicas empiezan a potencializarse y trabajar en equipo para lograr una mejor relación y contacto con la realidad.
Las áreas que se trabajan desde el Neurofeedback  son las frontales posteriores que permiten integrar la información sensorial y motora en una forma más organizada y generar procesos de atención sostenida sin ansiedad por el descontrol que se expuso anteriormente.
Es cuando se empieza a intervenir en el lenguaje. El lenguaje es un mediador importante para el control y expresión emocional. A la vez se aumentan el nivel de comprensión no solo de hechos externos, sino del mundo emocional interno y la conciencia de los diferentes estados afectivos.
Los resultados del tratamiento, se evidencian en el fortalecimiento de las funciones ejecutivas. Los pacientes retoman actividades que habían abandonado y se pueden mantener en el tiempo, hasta cumplir con una meta. A la vez se genera un proceso de independencia y manejo de la frustración que muchas veces no permiten el avance adecuado en los diferentes trastornos.
Por lo tanto el tratamiento en el alzhéimer no solo debe ir encaminado a recuperar funciones como la memoria. Si se han perdido habilidades en la capacidad de regular los diferentes sistemas mencionados, se hace necesario iniciar por este punto y disminuir en gran manera la frustración interna que vive el paciente.

 

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